La experiencia de Ana con el Test de Color



Durante una sesión de Análisis de Color descubres tus mejores colores.
Es francamente gratificante ver cómo se ilumina la persona mientras se desarrolla la sesión y cómo ella misma comprueba cuando y porqué hay colores que no influyen en su aspecto mientras que otros le hacen resplandecer.

Hace pocos días durante un taller para profesionales, una de ellas (la llamaré Ana) se había formado con otra empresa hacía tiempo. Me explicó que nunca había conseguido entender cómo debía utilizar toda la gama de pañuelos con sus clientas. Se sentía abrumada con tantos pañuelos y la cantidad de combinaciones posibles y después de intentarlo durante varios meses, al final decidió olvidarse del tema.

Superando la experiencia anterior de pérdida de tiempo, talento y dinero, Ana estaba decidida a intentarlo otra vez y se apuntó a mi taller para ver si en esta ocasión aprendía nuevos trucos y técnicas que le ayudaran a impulsar el análisis de color como parte de su negocio.

Casi acabando con su propio análisis de color, Ana estaba asombrada cuando le mostré los resultados con apenas 6 pañuelos y en apenas 20 minutos!

A mí también me ha pasado.

Hace tiempo, llegué a usar hasta 180 colores diferentes de pañuelos, y sin lugar a dudas, abrumaba a mis clientes porque estaba ocupadísima probando cada matiz bajo la luz natural. ¡Y hacerlo durante horas!

El problema también estaba en que cuando pruebas 63 tonos diferentes de amarillo a una clienta, luego espera que le pruebes los 74 tonos de verde también… y vaya pérdida de tiempo!

El cerebro sólo puede asimilar varias tonalidades, matices y tintes de un color a la vez (por eso mismo la cartera de colores es de gran ayuda para ir de compras), y por fin me di cuenta que mis clientas acababan de lo más confusas al final de la sesión.
Era un proceso largo, aburrido y difícil de entender, así que cambié de técnica en beneficio de todos.