En la portada de Forbes del mes de marzo, a sus 41 años,
Sara Blakely es la mujer más joven en unirse a la lista mundial de este año de
multimillonarios sin la ayuda de un marido o una herencia. Ella es parte de un
pequeño club de élite de mujeres estadounidenses que generan un valor de diez
cifras por sí solas, como Oprah Winfrey y Meg Whitman.
Spanx comenzó como un espectáculo de una sola mujer.
En su primer año, Sara Blakely enseñaba su nueva invención en
una mesa plegable en el vestíbulo de Neiman Marcus, con dos fotos gigantes de
su propio trasero enfundado en unos pantalones color crema.
En una de las
fotos, las braguitas que llevaba debajo _de una marca muy conocida_ eran
vergonzosamente evidentes, mientras que en la otra, sus bragas Power Spanx de $30
eran totalmente invisibles!
Cuando empezó, llevó los mismos pantalones color crema
durante 3 años, por que necesitaba todo el dinero para crear Spanx y
promocionarla, apenas US$5.000. Trabajó como dependienta de 9 a 5 y actuaba
como comediante por las noches.
En su camino como empresaria confiesa haber
tenido que superar 3 fobias: miedo a las alturas, miedo a volar y miedo escénico.
Hoy, su marca Spanx es a la
ropa interior que moldea el cuerpo (shapewear), como Kleenex a los pañuelos de
papel: una marca que es sinónimo de la categoría que representa.
Katherine Heigl o Gwyneth Paltrow han comentado que todas las
chicas en Hollywood las llevan, incluso las más voluptuosas como Jennifer Lopez,
Eva Longoria, Beyonce and Katy Perry.
En los últimos meses cuatro bancos de Wall Street han
valorado Spanx a un promedio de US$1 mil millones, una suma que Forbes ha corroborado
con la ayuda de analistas de la industria. Blakely posee el 100% de la empresa,
tiene cero deudas, nunca ha tenido inversión externa y no ha pagado un centavo
en publicidad.
Vende una gama de 200 productos en 11.500 tiendas
departamentales, boutiques y tiendas online en 40 países. Distribuidores de
todo el mundo claman por entrar en su lista de comercio especializado.