La importancia de gestionar contenidos en las redes sociales y medir su influencia determina la salud de una marca (personal o empresarial), y atrae o repele a la audiencia hasta el punto de poner en riesgo la supervivencia del negocio.
Esto ha dado lugar a situaciones imprevistas y poco agradables a muchas empresas que no habían abordado el tema considerando el verdadero impacto de la tarea y delegando la responsabilidad en personas que todavía están en fase de formación y, por tanto, no tienen la preparación suficiente para realizarla con éxito.
A continuación os contamos algunos ejemplos de situaciones que se produjeron en algunas de nuestras empresas favoritas:
¡Sorpresa! para los
seguidores de la cuenta Twitter de Marc Jacobs International: el becario
encargado de alimentar la cuenta aprovechó su último día para decir todo
lo que pensaba acerca del Presidente de la marca:
"No tienen idea de
cuán difícil es Robert. (…)¡Buena suerte! Rezo por ti, si obtienes este empleo.
No quisiera estar en tu lugar. Robert es un tirano. (…) No me juzguen. Soy el
único aquí que debe intentar divertirlos. No es fácil. Lo he intentado."
Los mensajes estuvieron
en línea sólo por unos minutos, pero eso fue suficiente para que más de
120.000 seguidores retuitearan en masa. La empresa comprendió la
lección, y rápidamente se puso a buscar un verdadero Community Manager, en
lugar de un becario.
Una lección que también
otras grandes marcas han aprendido de la adversidad.
El primero fue Guerlain,
que dedicó varios días a responder en Facebook a los fans indignados por las
declaraciones acerca de los "negros".
A DKNY le tocó después,
con motivo de un ataque ecologista anti-peletería de la PETA en su página, lo
que le obligó a suprimir los mensajes molestos sin informar de nada a los
sorprendidos fans.
Dior, por su lado,
tuvo que dar la cara frente a la polémica que rodeó a John Galliano,
publicando rápidamente en su página un comunicado desligando a la empresa de
las declaraciones de su diseñador.
En otro estilo, el líder
mundial de casual wear Gap Inc., tuvo que renunciar a cambiar el logo de su
marca faro ante a la polémica generada en las redes sociales por la nueva
identidad visual.